Tuve una novia que un dÃa le dije que si la llegaba a ver dormida, yo le abrirÃa sus piernas y se la dejarÃa ir sin despertarla. Estuvo de acuerdo. Lo hacÃa cada que tenÃa ganas, que era muy seguido. Era delicioso verla cómo se iba excitando cada vez más.